Las repercusiones del Sistema Marginal de Divisas (SIMADI)
Nicmer N. Evans
evansnicme.blogspot.com
@NicmerEvans
El gobierno ha legalizado el mercado paralelo de divisas. Lo que ayer era ilegal y se combatía, creando mecanismos que buscaban derrotarlo por considerarlo una deformación de la economía que estaba determinado por unos especuladores que desde un portal dirigido desde Miami hacía daño al que vive de su trabajo, hoy es el referente del gobierno para las transacciones de divisas de lo que el gobierno calcula como de 1,5 % del total de divisas del país.
Sin embargo, ese mercado “marginal” ayer y hoy, está determinando el precio de los productos vendidos en el mercado venezolano en un porcentaje, que aunque indeterminado, sabemos que día a día servía de referencia para muchos de los productos de consumo masivo, incluso de los regulados que se vendían por fuera de los expendios supervisados que abastecen a la mayoría de la población venezolana.
Los productos que son vendidos legalmente con base en divisas adquiridas a 6,30 o a 12 Bs., no son suficientes para abastecer a la mayoría, aunque el gobierno insiste que equivalen al 98,5% de las necesidades del país, pero además el difícil y privilegiado acceso a esas divisas preferenciales, hace que en el marco de la incertidumbre de si se asignarán o no en la magnitud suficiente para abastecer el mercado, hace que un sistema especulativo emergente no sólo cobre fuerza, sino hasta sentido para aquellos que apelan a esta vía y para quienes compran en él por necesidad u obligación.
Personas que sólo ayer compraron 3000 dólares en Sicad a 50 Bs, por ejemplo, hoy legalmente pueden venderlo en SIMADI a 170 Bs., y por esta vía el gobierno legaliza la especulación, le d la razón a los especuladores y desestimula el valor del trabajo. Hoy se habla de “precio justo” pero no del “justo valor del trabajo”, distanciando las acciones gubernamentales del socialismo y el legado de Chávez.
Pero, ¿Por qué el gobierno decide legalizar el mercado paralelo?, porque sabe que aunque formalmente es una hiperdevaluación, en realidad esta devaluación se cobró por anticipado, y hoy el que vive de su salario la paga. Sin embargo esto no implica que no habrá más devaluación.
Cuando el gobierno oficializa una tasa de cambio mayor para una de sus variantes, es legal registrar en inventario un aumento de costo de los productos adquiridos por esa vía, que en este caso el gobierno reconoce en 1.5% de las divisas y acepta que puede llegar hasta el 5%, pero lo que no reconoce formalmente es el impacto real del mercado especulativo que se calcula con base en esa tasa de cambio, y por tanto, las consecuencias reales de esa decisión.
Pero además de lo anterior, el hecho de que la incertidumbre no desaparezca y la escasez no acabe por la incidencia de lo político en lo económico, el SIMADI conduce a que el mercado paralelo no desaparezca, y lo peor a que la especulación por incertidumbre en el valor de “la reposición de inventario” lleve a que todo, de manera paulatina, siga aumentando sin control.
Hasta que el gobierno no haga una unificación cambiaria que implique además una revaloración del valor del trabajo (que hoy oficialmente se calcula a 750 $ el salario mínimo, con base en el dólar a 6,30 Bs., que como hemos dicho no determina el precio de los productos en la calle), evite férreamente la asignación de divisas a importadores privados que fugan los capitales, genere certidumbre política, enfrente realmente la corrupción del sistema cambiario, e incremente las reservas internacionales para así generar un control más real de la relación Bolívar-dólar con un anclaje más flexible, como medidas transitorias para la estabilización de la economía para la construcción del socialismo viable, será muy poco lo que se podrá lograr, más allá de que el pueblo que vive de su salario sea quien termine pagando la crisis, sin estímulo a la inversión, la producción nacional y el trabajo, todo en contra vía del socialismo.
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Nicmer, cuando en una cola de pañales, una mujer desesperada, decide comprarle el puesto a la primera de la fila (porque no alcanza ella a llegar), esta madre obrera está especulando. Cuando un venezolano ve el Kg de jamón a 400 y el Kg de carne regulada a 80, este se lleva toda la carne regulada que puede para hacer parrilla el fin de semana. Son estos dos venezolanos culpables de la especulación y escasez respectivamente?? No.
ResponderEliminarEl libre mercado existe porque el ser humano es individualista por naturaleza. Ni tú ni yo dejamos de ofrecer una arepada a la familia el fin de semana solo porque es posible que alguien no esté consiguiendo harina. Y si crees que hay que regular al consumidor, entonces ya no hablamos de socialismo sino de comunismo.
El mayor error en este comentario esta en decir que el ser humano es individualista por naturaleza, se debe aprehender que muchas de las cosas que pasan en nuestro sistema han sido naturalizadas, las creemos normales, rompamos ese esquema y hablemos con saber para ser completos en el ejercicio de la critica.
EliminarHistóricamente no existen modelos comunistas o socialistas puros que no hayan llevado a sus habitantes a la miseria y pobreza. Estos intentos fallidos se caracterizan por implantar el libro al pie de la letra y olvidarse que la patria está hecha de personas y cultura, no de reglas y modelos.
EliminarEstoy de acuerdo en que si queremos mejorar como nación, necesitamos elevar nuestro nivel de consciencia. Tenemos que aprender de modelos existentes funcionales donde la brecha entre el individualismo y la colectividad es menos notoria.
Es por esto que modelos socialdemócratas exitosos como los de Alemania o Dinamarca (no Cuba o Corea del norte) existen y deben ser estudiados si ese es el camino deseado. Y estos modelos europeos, al igual que el chino, poseen un libre mercado sin regulaciones sobre los productos de la canasta básica.
Quiero agregar una analogía. Por qué los testigos de geová tienen tan notoria reputación de pesados al tocar la puerta? La evolución en el marco de pensamiento lleva tiempo y es voluntaria. Comprar un libro y ver VTV exclusivamente, no te hace socialista.
Regular? es una palabra obscena, la palabra debería ser socializar el consumo y concienciar a los consumidores, a los que hay que regular son a los comerciantes inescrupulosos....
ResponderEliminarHablemos entonces de *socializar* el consumo. Podríamos definir el término? Algo así como "socializar el consumo": hacer consciente a la sociedad de los niveles convenientes de consumo para el funcionamiento óptimo de la misma.
EliminarEn cuyo caso caemos en el segundo punto que comentas: concienciar a los consumidores. Y ahora quiero entender lo siguiente: por qué nos hemos esforzado tanto en regular los precios si el proceso más complejo y que más tiempo toma es la concientización de la gente? Es como comprar un libro para sentirnos más inteligentes. Acaso alguien lo está leyendo?
Y por otro lado, asumamos que los inscrupulosos comerciantes cobran un sobrepercio del 400% sobre el pollo o la harina. Una sociedad consciente, bajo la definición arriba expuesta, *no* adquiere productos de dichos comerciantes. Una sociedad consciente deja que todos los productos adquiridos por bachaqueros se pudran en sus anaqueles.
Pero esta no es la realidad. La gente tiene una necesidad: adquirir pollo o harina y hace lo posible por adquirirlos. En este caso la necesidad o la comodidad vence dicha consciencia y le permite a los consumidores no sólo adquirir dichos productos a sobreprecio, sino agradecer al bachaquero que le hizo la cola para que dicho obrero pudiera ir a invertir su tiempo en ganarse la vida.
Los comerciantes sólo reflejan a la sociedad. Un comerciante es un tipo astuto. Puede ser inescrupuloso o puede ser *socialista*, eso no importa. Un comerciante no es tonto y no va a producir a pérdidas. Sea cual fuere la decisión que tome un comerciante, la sociedad la acepta y la promueve cuando adquiere sus productos y servicios.
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