Después
de La Cumbre…
Nicmer N. Evans
evansnicmer.blogspot.com
@NicmerEvans
A trece años de un golpe de
Estado salvaje, y un contragolpe cívico militar sin precedente, aún hoy
lloramos nuestros muertos y nos paseamos por la impunidad que persiste,
mientras Simonovis está con su familia.
En este marco de la
histórica política venezolana contemporánea ha concluido La VII Cumbre de las
Américas, y tal como anticipamos “…todo lo que pasa antes de la Cumbre, seguirá
su destino después de ella, solo que con alguna foto y algún anécdota
adicional.” (http://elestimulo.com/blog/entre-cumbres-y-abismos/)
Y han sido varias las
anécdotas dignas de comentar sobre el desarrollo de la cumbre. Sin embargo quisiera
relevar cuatro. La primera está referida a la desfachatez de Obama cuando
expresó en su discurso, refiriéndose al tema de los Derechos Humanos, producto
de la magistral intervención del Presidente Correa:
Estoy
sumamente consciente del hecho que hay capítulos oscuros en nuestra propia
historia en los que no hemos, en efecto, observado y cumplido los principios y
los ideales sobre los cuales se fundó nuestro país.
La arrogancia de la
institucionalidad gubernamental de los Estados Unidos, hace sin duda que reconociendo
que no tienen moral para exigir moral, es más fácil autoerigirse policía del mundo
por la fuerza más que por la inteligencia y esto no deja de ser parte de la
política de Obama, aún a pesar de su reivindicación histórica por parte del Presidente
Raúl.
La otra sorprendente
declaración fue la del Presidente Raúl, cuyo discurso considero fue magistral,
pero no deja llamar la atención la afirmación donde expresa:
¡País
terrorista nosotros! Sí, hemos hecho algunos actos de solidaridad con otros
pueblos, que pueden considerarse terroristas, cuando estábamos acorralados,
arrinconados y hostigados hasta el infinito, solo había una alternativa:
rendirse o luchar.
No desdigo de las razones de
realineación de fuerzas de Cuba ante un asedio y bloqueo como el que ha vivido
ese digno pueblo, pero no creo que exista terrorismo bueno y terrorismo malo, sea
por el motivo que sea, por lo que una afirmación formulada de esta manera termina
dándole la razón a los motivos por los cuales fueron incluidos en esa lista, y
no creo que esa haya sido la intención del Presidente Raúl.
Un tercer aspecto relevante
fueron los desplantes de Obama, en una demostración muy burda de diplomacia
obligada, pero con verdadero desprecio. Hoy Obama tiene la necesidad de
reconquistar a América Latina, que demostró nuevamente que es un pueblo rebelde
e indomable, a pesar de los vasallos malinches que siempre existen. Su innecesaria
salida de la sala de convenciones en el momento más álgido del evento, cuando
la Presidente Cristina articuló un discurso lapidario, y seguía el Presidente Maduro,
que fue mayoritariamente apoyado en contra de la resolución del gobierno
estadounidense contra Venezuela, sumado al gesto de masticar chicle ante la
exhortación histórica del Presidente Raúl, en verdad terminan siendo claros
signos del nivel de irrespeto que tiene este gobernante por sus iguales
latinoamericanos.
Punto aparte, quisiera hacer
mención al constante desprecio de Obama por la historia. El positivismo lógico,
estructura de pensamiento del modelo liberal burgués, parte de este mismo
desprecio, y siendo lógico que Obama responda a esta lógica, sin embargo, su
reiterada mención en un tono de fastidio, denota claramente el más profundo
rechazo por la estructura de pensamiento historicista predominante en América Latina
y que tiene su origen en el pensamiento socialista. Para quienes se enfrascan
en un discurso ahistoricista, pensando que por eso son más modernos, les informo
que es más antiguo el pensamiento liberal que el socialista, y que el
historicismo nace como respuesta al positivismo, así que difícilmente ser
liberal y positivista sea más “moderno”.
El último aspecto que deseo
comentar tiene que ver con Venezuela y la participación del Presidente Maduro.
Debo recordar que mi postura inicial ante la cumbre es que Venezuela debió
boicotear la misma, buscando impedir que esta reunión de colonias con el
imperio se diera. Sin embargo, al realizarse, no quedaba más que lograr el
objetivo de generar el mayor ruido posible para centrar la atención del mundo
ante la arbitrariedad imperial.
Hoy, al momento de escribir
este artículo, sólo el Presidente Maduro sabe el verdadero saldo de la Cumbre,
que para Venezuela se definió en esos diez minutos de encuentro con el
Presidente Obama. Todo lo demás, aunque positivas, son anécdotas y fotos, pero
no logros concretos que puedan repercutir en el bienestar del pueblo
venezolano.
Pero al final, la realidad
es que, después de la Cumbre, mi salario vale menos, el dólar Simadi sigue
subiendo, y la crisis de liderazgo no se supera. Esperemos que el presidente
Maduro llegué con nuevos bríos, y
llegara convencido de que la mejor lucha contra el imperialismo es la verdadera
libertad e independencia de nuestro pueblo, superando la impunidad, dando el
golpe de timón que el Presidente Chávez pidió y que aún le debe a su pueblo,
con más socialismo y mayores espacios democráticos y productivos reales.
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