¡Las colas carajo!
Nicmer N. Evans
@NicmerEvans
evansnicmer.blogspot.com
Lo que está padeciendo el pueblo
venezolano no es normal ni debemos normalizarlo. Las actuales colas para la compra
de comida o productos de higiene y salud son comparables a las del paro
petrolero del 2002-2003, con la diferencia que la gente hacia colas en ese
momento consciente de quienes las originabas, y sabiendo que defendía al
hacerla, confiando en un liderazgo que les hablaba claro y establecía metas
para superar esa crisis, hoy no es así.
Aunque la tesis de “la
guerra económica” tiene sentido para explicar las colas, no es suficiente. Si
atribuimos la responsabilidad al sector privado, y sabemos que están
implementando una guerra económica desde que Chávez estuvo en el gobierno, y
con mayor intensidad en estos últimos dos años de gobierno del presidente
Maduro ¿Cómo se explica que el Estado y el gobierno no han tomado las medidas
correctivas para evitar que esto llegara a lo que hoy ha llegado?, ¿Acaso es
incapaz el Estado de asumir la importación de los productos que escasean con
suficiente planificación como para que no llegáramos a esta situación?, ¿Por
qué teniendo el poder, no hay enemigos líderes de la “guerra” procesados y
detenidos por sus acciones?
Ante esta situación me
pregunto: ¿Quién se beneficia de todo este desastre? Y la respuesta no es
fácil, pero creo observar tres actores que se ven beneficiados de todo esto: 1.
Sectores del entorno del Presidente Maduro que asumen que el presidente no
durará mucho y juegan a raspar la olla, tratando de obtener la mayor cantidad
de divisas preferenciales antes de que el gobierno sucumba, 2. La oligarquía
tradicional que ve lograr su objetivo sin llamar formalmente a un paro o a una
confrontación donde alguien tenga que dar la cara por la responsabilidad de lo
que pasa más allá del mismo gobierno, 3. Los sectores trasnacionales del
vampirismo petrolero, además de sectores mayameros recalcitrantes que ven en Venezuela
una gran riqueza que saquear y que el gobierno, aun sin mucho esfuerzo y sólo
por tener que mantener de alguna manera el legado de Chávez no permite que pase
de manera directa.
Sin embargo, de estos tres
actores, ya Chávez lidio con los últimos dos, pero el primero, el enemigo
interno, que opera con ineptitud aparente, negligencia expedita y mediocridad
consagrada, es el factor que actualmente pone en jaque todas las conquistas
logradas por el pueblo durante el proceso revolucionario encabezado por el
Presidente Chávez.
Las colas hoy se producen
por dos elementos fundamentales: 1. La necesidad y 2. El deseo. La necesidad de no tener algo que para la
gente es un requerimiento imprescindible o costumbre de uso, que al no ser
satisfecho genera desasosiego. Esta “necesidad” nace de la escasez, o ausencia
de lo que se requiere, y la acción resolutiva pasa por el hacinamiento,
conglomeración en puntos de acceso regular a la satisfacción de la necesidad en
miras de exigir que se cumpla con lo que generalmente se había cumplido,
suministrar lo requerido. El otro aspecto gira en torno al deseo de sentirse
seguro y satisfecho, al hecho de garantizar, ante la incertidumbre, la
posibilidad de tener suministro de lo que se necesita en suficiente cantidad
como para soportar un periodo incierto de tiempo en la misma situación de
escasez.
Todo esto se produce cuando
un gobierno, en lugar de dar la cara a tiempo, dice que se va a anunciar algo
que no se anuncia y se posterga permanentemente. Siendo verdad que la calidad de la
distribución de las cosas que medianamente se importan, es en gran parte
responsabilidad de un sector privado que juego a la desestabilización haciendo
que las familias venezolanas tengan que peregrinar en las distintas tiendas de
diversas cadenas comerciales para ver si “la pega” en la hora de llegada del
camión “a ver que trae”, no es menos cierto que un país que espera medidas de
un gobierno electo democráticamente merece respeto, y hacer anuncios que no
dicen nada juega con la paciencia de un país noble, y eso es exclusiva
responsabilidad del gobierno.
El socialismo tiene un
principio fundamental, la planificación, este es el ejercicio de la prevención
con base en lo que se tiene o se estima que se tendrá, y parte de la
potencialidad y valoración justa de las capacidades. La caída del barril del
petróleo aunque fue un fenómeno relativamente impredecible en el tiempo justo,
primero no se puede asumir que es la causa responsable de algo que se viene
acumulando desde que el barril estaba en 100 dólares, y segundo, no haber
ahorrado, y permitir los niveles de desfalco a la nación tal como lo demuestra
la unidad de investigación de Marea Socialista por más de 200 mil millones de
dólares por fuga de capitales durante el control de cambio, tienen un peso
importante que debe tener como respuesta acciones concretas:
1.
Hablarle claro al país, decir lo que realmente
pasa y asumir las responsabilidades del caso.
2.
Tomar medidas que busquen estabilizar la
economía, sin guabineos (en el artículo anterior ya me refería puntualmente a 8
medidas para salir de la crisis http://www.aporrea.org/ideologia/a200736.html)
sin que el pueblo sea el que termine pagando la crisis.
3.
Exigir sacrificio implica dar el ejemplo
desde el alto gobierno, cosa que hoy lamentablemente no se ve.
4.
Que caiga quien caiga, en la necesidad de que
el pueblo sepa que los responsables deberán pagar lo que han hecho en contra
del país.
Las colas no son expresión
de otra cosa que la mediocridad ante el enfrentamiento a una crisis que no
tiene responsables porque incluso afirmando que es una guerra económica, ésta
es la única guerra donde uno de los bandos se sienta a negociar con quien lo
ataca y le da recursos para que lo siga atacando con más fuerza y contundencia,
eso es absurdo y desmonta la fuerza de la tesis de la guerra.
La nobleza de este pueblo ha
demostrado con su calma que no está dispuesto a vivir de nuevo una crisis como
la del sacudón, ya que las condiciones hoy están dadas para cosas peores, pero
no se debe abusar del pueblo, por ello reitero la necesidad de que se le hable
claro al pueblo y se cumpla, sin anuncios que no anuncian nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario