Los “burgueses” de Jorge Roig
Nicmer N. Evans
@NicmerEvans
@EvansNicmer
evansnicmer.blogspot.com
Se enfermó el protagonista de la película que
siempre es el bueno y a cambio los villanos ahora no sólo se creen
protagonistas, sino además dicen que son los buenos.
Sin dejar de lado el asunto de la lucha de
clases, que no evoco yo, sino Roig en una versión disfrazada de complicidad,
mezcla o unión de clases, recientemente el presidente de Fedecamaras dijo:
“La clase obrera prefiere hoy que los burgueses
manejen las empresas antes que el Estado. Se nos han acercado muchos para ver
si recuperamos juntos las empresas expropiadas.”
¿Superación de la lucha de clases?, o ¿Sumisión y
subordinación de una clase social a otra? En las palabras de Jorge Roig se
encuentra la esencia de la burguesía, la arrogancia de pensarse superiores, en
la negación de que la clase obrera ante errores del Gobierno en su capacidad
productiva entonces la solución maniquea, en blanco y negro es que los obreros
reconozcan la superioridad de la burguesía de corregir los entuertos del gobierno heredero del legado de Chávez. “Lo
haremos juntos pero nosotros los burgueses manerajeros las empresas”, un poco
de ironía no está mal, eh Roig, eso ahora se llama unión “burgo-obrera” en una
nueva tesis de cómo decir que te aporreo, pero con tu permiso y con dulzura.
En lo personal no soy de los que asume a toda la
burguesía como la clase social enemiga de los pobres, ni pretendo enfrascarme
ortodoxamente en una discusión estéril sobre qué implica ser burgués, pero si
algo tengo claro es que la burguesía venezolana que tuvo las riendas del país
durante 40 años en el marco del Pacto de Punto Fijo y que llevó a la ruina
estructural y dependencia a nuestro país, sea quien pueda dar clases de ética
económica o me pueda plantear un modelo económico alternativo.
La burguesía venezolana es en su mayoría una
lumpemburguesía, entre otras cosas porque no logró cumplir su rol
histórico, no sólo poseer los medios de
producción, sino hacerlos producir. Con los dedos de una mano podríamos contar
los que lo lograron, pero sólo a costillas de la renta petrolera, de la cual
aún hoy son dependientes para seguir manteniendo su ritmo de producción, sino
de una generación de patrones de consumo que termina afectando negativamente a
sus propios consumidores.
El resto de la mal llamada burguesía venezolana
sueña con su “tajada” de la renta petrolera, y ve como se arrima al mingo del
gobierno, o de la ahora también mal llamada “boliburguesia” aún más lumpen, aún
más parasitaria, especuladora, pero burguesía al final.
Sin embargo, mi querido Jorge no satisface su
ironía con lo ya afirmado, y asume con contundencia que “Es al revés: si nos va
bien, le va bien a la gente”, sostuvo, y agregó que tal éxito del empresario
privado favorece también al Gobierno y en general al Estado, “porque pagamos
impuestos”. Sin duda Jorge, la mejor referencia de los pagadores de impuesto es
la Banca , que
con las ganancias más jugosas de cualquier sector no petrolero en el país,
cuando se voltea al fisco sólo paga el 2,80% de su ganancia.
Y remata Jorge, volviendo a la ética empresarial
venezolana, aludiendo a la corrupción de la que se acusan mutuamente
empresarios y autoridades gubernamentales y remarcó que “no hay posibilidad de
corrupción sin que algún funcionario del Gobierno esté involucrado”. Entonces
para Roig, el problema no es el empresario que corrompe a los funcionarios para
delinquir, sino son los funcionarios los que corrompen a los buenos empresarios
venezolanos en contra de su voluntad.
Si en Venezuela hubiese una verdadera burguesía,
que pusiese a valer las fuerzas y capacidades productivas del país difícilmente
Chávez hubiese llegado al poder. Jorge, nuestro pueblo no es pendejo, dejó de
serlo hace mucho tiempo. Obviar el control obrero, subestimar el conocimiento
de los trabajadores, negar la necesidad de un Estado que sea eficiente, y
asumir que todo lo hecho por la burguesía es eficiente y eficaz es negar la
realidad histórica de un país rico pero en ruinas por la ineptitud de burgueses
y burócratas, sean del color que sea.
La “boliburguesía” porque se pinte de rojo, no
deja de ser burguesía, y ustedes los “verdaderos burgueses” porque se pinten de
pueblo, no dejarán de ser lumpemburguesía. Sólo el pueblo salva al pueblo
Jorge, y aunque los de tu tipo son preferibles a los de la “bolibueguesía”, te
aseguro Jorge, que nuestro país no necesita a ninguno de los dos tipos de
burguesía para avanzar en la construcción de un camino distinto al actual.
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